La situación de pandemia nos ha llevado a reinventarnos, a realizar cambios de manera muy rápida, ha modificado nuestros hábitos, nuestra forma de ver el mundo y nuestra forma de trabajar.
Mi entorno cercano me ha hecho darme cuenta, de que para ellos ha sido complicado adaptarse al trabajo a distancia. Esto se debe, en parte, al desconocimiento que tienen las personas para generar un buen espacio. Por otro lado, los seres humanos no somos muy amigos de los cambios, aunque luego se nos den bien y que de repente tengamos que trabajar desde casa, hace que escojamos el primer lugar que vemos libre sin darle importancia al entorno.
Unos sienten que les cuesta desconectar, otros que no se concentran, aparece la irritabilidad, se están sufriendo más más fatiga visual, dolores de espalda, y de cabeza.
En mi caso y gracias a que mi profesión como interiorista me lo ha permitido, llevo 6 años teletrabajando y entiendo las ventajas e inconvenientes que tiene, es por ello que me siento con los conocimientos y experiencia necesaria para poder ser de ayuda en este cambio, para mi muy positivo en muchos aspectos.